Dos mujeres maduras, una blanca y otra negra salen decididas de una modesta casa. Sienten sobre sí el peso de ojos fijos, ansiosos de quienes deben informar sobre sus firmes movimientos. Ellas se arrojan a un viaje de 900 kilómetros sin boleto porque no pueden hacer reservación para no alertar a la Policía Política. ¡Cómo si hubiera transporte normal! Horas infructuosas en una lista de espera. Se saben vigiladas. Deciden escabullirse hacia una ciudad mayor. Felizmente, al día siguiente, logran abordar un ómnibus, pero se produce el gran despliegue policial. Las bajan y dicen que deben esperar. Llegan los oficiales de la temida Seguridad del Estado. ¡No podrán viajar! ¡No les permitirán ir a La Habana!
Otras mujeres, más o menos jóvenes, son seguidas estrechamente por informantes y oficiales en toda Cuba. Tienen postas enfrente de las casas y en las esquinas. Muchas son visitadas y amenazadas con que no podrán viajar a La Habana. A alguna incluso le retienen el Carné de Identidad, documento imprescindible para tomar un transporte o identificarse al ser requerida por la policía; si no lo posee, puede ser deportada, multada y encarcelada. Allá y en la capital habanera se les ofrece visitarlos esos días; se les amenaza con sacarlos de los hospitales o trasladarlos a lugares más distantes; quienes tienen licencia extrapenal por enfermedad pueden ser regresados a prisión. Ya han sido vejadas por turbas traídas de otros lugares, e incluso han recibido un furtivo golpe, bien acertado al rompimiento de brazos, y otras lesiones.
"¡No!", les dicen. No les permitirán reunirse los días 18, 19 y 20 de Marzo para conmemorar el Tercer Aniversario de la Primavera Negra de 2003, cuando esos 75 seres queridos, tan pacíficos e indefensos como ellas mismas, fueron secuestrados; cuando despedazaron sus hogares. En fin, cuando al alumbrar el nuevo día, parecía que una profunda oscuridad las invadía. Esas horas en que les arrancaron el alma, y comenzaron a conocer la represión permanente, la otra cara de la "sociedad del pueblo", con los agentes de la Policía Política sacando de aquellas celdas a hombres con mirada extraña, sin sentido del tiempo, atormentados durante constantes interrogatorios para que confesaran lo imposible... y tortura psicológica para toda la familia.
Si son tan fuertes, ¿por qué temen a unas mujeres, vestidas de blanco, portadoras de gladiolos rosados, la mayoría en edad bastante madura? Incluso, ciertos oficiales muestran gran fastidio y exasperación ante tanta persistencia y determinación. Les hacen saber que "la orden viene de La Habana o de arriba", entiéndase de muy alto nivel. Unos afirman que podrán viajar cualquier otro día... después; otros que irán a la cárcel.
Ellas han tratado de salir con suficiente antelación para lograr llegar; burlar la vigilancia. Las que residen en La Habana sienten el peso de la responsabilidad y el seguimiento permanentes, pero mantienen la constancia frente al ensañamiento y el sadismo del formidable y genuino "totalitarismo tropical cubano". ¡Ciertamente, único en su especie! Otra de las originalidades que distinguen estos 47 años de "Revolución Permanente".
La tensión se respira en toda la Isla. Los presos sienten una mezcla de temor, orgullo y admiración por sus mujeres. Sea cual sea el desenlace, el régimen demuestra soberbia e impotencia frente a la unidad, entereza y solidaridad de un grupo de mujeres esparcidas por toda Cuba. Mujeres que no poseen, ni necesitan, un aparato de cientos de miles de personas para mantener el miedo y oprimir los más elementales derechos humanos. Mujeres que no cuentan con posibilidades de comunicación asidua, equipos de psicólogos, medios de propaganda y económicos.
Mujeres cuya fuerza radica en la razón frente a la injusticia. Mujeres que cargan el peso de la familia y el dolor de esos hombres maltratados, cada día más enfermos, pero siempre indoblegables. No son más valientes que otras, a veces sienten mucho miedo, pero miran a su lado y ven a una compañera; piensan y él la necesita; se sobreponen inmediatamente y continúan. ¿Qué pasará los días 18, l9 y 20 de Marzo? No sabemos, pero nuestra conmemoración ha sido y es permanente desde hace tres años. No cesará mientras quede una con voz y fuerza física; no terminará hasta que esos seres queridos sean absolutamente libres.
La Habana, 17 de Marzo de 2006.
Miriam Leiva
Damas de Blanco, tres años después
Si son tan fuertes, ¿por qué temen a unas mujeres, vestidas de blanco, portadoras de gladiolos rosados, la mayoría en edad bastante madura?
En Internacional
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